agosto 07, 2020

Relatos de una ex flaca. Parte 2.

Relato 2

En el post anterior hablo un poco de como era antes, como soy ahora y menciono la sociedad y los esteriotipos. También les dije que no escribo solo por mí sino por y para ustedes, y que me abriría por completo. Bueno, una de las cosas que más me costó fue admitir que estaba gorda y que por ende mi cuerpo ya no era lo que solía ser. Esos pantalones de tiro alto que tanto me gustaban ya no me cerraban, se sentían más ajustados. Una desilusión total. Yo me sentía muy segura con toda esa ropa cuando salía y ahora no la podía usar más. Lo bueno es que para el momento en el que me terminé de dar cuenta y logré aceptar, al menos un poco, lo que pasaba con mi cuerpo ya era verano y podía usar vestidos. Pero mi panza no la podía mostrar más, me quería morir. Nunca había tenido panza y ahora tenía una que encima era muy deforme y con rollos en partes que no sabía que podía tener.
No les voy a mentir diciendo que me amo así tal cual soy y que no me molesta estar así como estoy ahora, que me siento segura igual y todo eso porque les estaría mintiendo. Quiero volver a como estaba antes.

Hoy quiero hablarles un poco sobre la responsabilidad. Algo que mencioné también en el post anterior y que creo que es clave, no solo para lograr querernos y aceptarnos sino también para que a raiz de eso podamos tomar buenas decisiones sobre nuestro cuerpo, que lo ayuden a estar sano y sentirse bien.

Así que en estos próximos escritos van a conocer cosas que yo fui descubriendo respecto a mi cuerpo y mi salud.

Al principio comencé a hacer todo tipo de dietas, pero ninguna me funcionaba. Lo peor es que me frustraba porque yo quería ver los cambios inmediatamente. Obviamente eso no sucedía. Fue entonces cuando comencé a analizar cómo fue que había subido tanto de peso sin darme cuenta y ahí recordé que el año pasado mi peso estaba bien, normal, es decir que aumentar de peso me llevo prácticamente todo un año. Por lo tanto entendí que si subir de peso me había llevado tiempo, también me llevaría tiempo bajarlo.

Creo que ese punto fue importante entenderlo,  porque así podría mantener una dieta constante,  que me ayudara a bajar de peso y sentirme mejor. El problema era encontrar alguna dieta que no me haga pasar hambre, que me nutriera y que a la vez no me dejara con antojos que después se convertirán en un atraco de comida.

Comencé a tomar esta responsabilidad para cuidar mejor mi cuerpo. Porque creo que en definitiva esa es la raíz de todo. Tratarnos bien. Pero eso lo leeran en el próximo relato.

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