diciembre 02, 2020

Amor

 A veces me cuesta mucho recibir amor. No entiendo bien el porqué, pero me pasa. Suelo ponerme tensa, mi cara pasa a un estado de seriedad total. Hago como si no me importara. Escondo en lo más profundo de mi piel cada sentimiento. Continúo como si nada.


  Mucho tiempo no dura, casi al instante comienzo a sentir un fuego interno. Una explosión en mi garganta. Una angustia que quiere estallar en llanto.


  No la dejo salir, y no la dejo, y no la dejo. Hasta que sale.


  Sale sin poder contenerse más. Estalla. Me la paso un buen rato llorando y es aliviador. En ese momento estoy esperando recibir el abrazo que momentos antes me dí el lujo de rechazar.


  Por un lado quiero recibir amor, cada gota. Pero parte de mi lo rechaza constantemente. Aún no sé el porqué. 


  A veces me siento vulnerable. A veces creo que reprimo cada sentimiento para no mostrar todo el dolor que llevo dentro. Porque hay heridas que siguen cicatrizando. Me gustaría que ya no estén ahí.


  Quizá estoy haciendo mal. Quizá deba mostrar cada una de ellas, sin miedo, las veces que sea necesario, y exponerlas al amor. Quizá así sane más rápido.


octubre 23, 2020

Cristal

 Baje al kiosco por un paquete de cigarrillos y una botella de Gatorade, con intenciones de sentarme en la terraza y llorar un rato. Y culpar a mi depresión del consumo de cigarrillo. Al final subí sin nada, no me animé. En vez de eso me preparé un yogurt y me senté a comerlo mientras escuchaba reggaetón en el teléfono, bien malota.

El sol me pegaba en la cara y tenía que achinar los ojos. Y me di cuenta que con el sol en mi mejilla y el viento acariciando mi nuca, todo estaba bien. Y esa sensación se sentía tan linda. Había tanta paz. Tanto que quería compartirlo con él. Amague a mandarle un mensajito " el sol está re lindo, subí si querés". Pero mi orgullo no me dejó.

Tenía ganas de compartir ese momento y a la vez quería estar sola. Tenía cosas que pensar. Estaba rota y confundida. Había cosas que tenía que arreglar. Cómo el cristal que se va rajando poco a poco y de repete explota, y se parte en mil pedazos. Pedazos que lastiman. Así me sentía, lastimando a todos los que tenía cerca. Pequeñas cortadas pero dolorosas, como esas que te haces con el papel. Tan chiquito y tan doloroso.

Y no quería sentirme así, no quería estar rota. Pero principalmente no quería lastimar a nadie. El problema es que lo que se rompe no es fácil arreglar. Me preguntaba si podría repararme alguna vez.

agosto 24, 2020

Relatos de una ex flaca. Parte 4

 Relato 4.

Aceptación. ¿Qué es la aceptación? Siempre escuchamos esta frase "tenés que aceptarte tal cuál sos". Pareciera que el sinónimo de la aceptación tiene que ver con mantenernos en el estado en el que estamos y yo creo que más bien es todo lo contrario. Creo que la aceptación produce el cambio. Es importante aceptar que somos o estamos de determinada manera: gordos, flacos, altos, bajos, tristes, celosos, con estrías, con pecas, etc. Pero eso que aceptamos de nosotros nos ayude a querernos y no a odiarnos.

El amor transforma, si logramos aceptarnos logramos amarnos, y si logramos amarnos logramos trasformarnos. Porque cuando uno quiere a alguien o algo, intenta tratarlo bien y cuidarlo lo mejor posible. Así es con nosotros también. Hay que cuidarnos y tratarnos bien y eso lo podemos lograr si empezamos a aceptar esas partes de nosotros mismos que no nos gustan tanto, para así mimarlas, cuidarlas, y darle mucho amor, tomando la responsabilidad de la que hablábamos antes.

Una vez escuché esta frase: que Dios nos acepta tal cual somos, pero nos ama demasiado para dejarnos de la misma manera. Y creo que eso aplica para nuestro cuerpo también. Siempre apuntemos a ser la mejor versión de nosotros, con amor. Por y para nosotros, no para mostrarle al mundo que cumplimos con los esteriotipos. No para ser aceptados por un otro. La aceptación siempre tiene que ser hacía uno mismo, por dentro y por fuera. Es un proceso, abrazalo, tenete paciencia, amate.

agosto 14, 2020

Relatos de una ex flaca. Parte 3

 Relato 3.

Responsabilidad. Solemos ser tan responsables con muchas cosas, pero a la hora de serlo con nuestro cuerpo parece que no aplica. Yo decidí serlo y encontré una manera que a mí me funciona.

Un día vistando al médico del trabajo me comentó sobre el ayuno intermitente. Lo google, investigué, y encontré el canal de una chica que lo explica a la perfección. Es excelente porque puedo seguir comiendo lo que me gusta sin sentirme mal o aumentar de peso. Comencé a probarlo y desde entonces cambié por completo mis hábitos alimenticios. Me siento mucho mejor, con más energía, más deshinchada.

Pero más allá de todo hay un punto importante que quiero dejar claro, algo que me dí cuenta. No quiero bajar de peso sólo para verme y sentirme mejor, no decidí cambiar mi estilo de vida al comer sólo por eso. La mayoría de las chicas eligen hacer dieta por las razones equivocadas, "si sos flaca sos linda, si sos gorda sos fea". MENTIRA. Cada uno es como es, con su anatomía, con sus rollitos. Pero nuestro cuerpo forma parte de nosotros, es el que nos sostiene todos los días, el que soporta, el que te ayuda a levantarte por las mañanas, el que camina hacia el trabajo. Nuestro cuerpo es como nuestro medio de trasporte, si no lo cuidamos, si no lo respetamos y le damos de comer los alimentos indicados, no va a funcionar bien. Se va a sentir cansado, con sueño, pesado, ansioso. Es por eso que yo decidí cambiar, porque tengo que ser responsable al cuidar mi cuerpo. Lo estético puede venir o no de yapa, y no está mal. Pero creo que es necesario empezar a decidir cuidarlo  por las razones correctas.
Cuidemos nuestros cuerpos, démosle de comer bien, sano, rico, con antojos de vez en cuando también ¿por qué no? Pero seamos conscientes. No necesitamos todo lo que nos venden para estar bien. Escuchemos lo que nuestro cuerpo necesita. Repito, cuidemoslo.

agosto 07, 2020

Relatos de una ex flaca. Parte 2.

Relato 2

En el post anterior hablo un poco de como era antes, como soy ahora y menciono la sociedad y los esteriotipos. También les dije que no escribo solo por mí sino por y para ustedes, y que me abriría por completo. Bueno, una de las cosas que más me costó fue admitir que estaba gorda y que por ende mi cuerpo ya no era lo que solía ser. Esos pantalones de tiro alto que tanto me gustaban ya no me cerraban, se sentían más ajustados. Una desilusión total. Yo me sentía muy segura con toda esa ropa cuando salía y ahora no la podía usar más. Lo bueno es que para el momento en el que me terminé de dar cuenta y logré aceptar, al menos un poco, lo que pasaba con mi cuerpo ya era verano y podía usar vestidos. Pero mi panza no la podía mostrar más, me quería morir. Nunca había tenido panza y ahora tenía una que encima era muy deforme y con rollos en partes que no sabía que podía tener.
No les voy a mentir diciendo que me amo así tal cual soy y que no me molesta estar así como estoy ahora, que me siento segura igual y todo eso porque les estaría mintiendo. Quiero volver a como estaba antes.

Hoy quiero hablarles un poco sobre la responsabilidad. Algo que mencioné también en el post anterior y que creo que es clave, no solo para lograr querernos y aceptarnos sino también para que a raiz de eso podamos tomar buenas decisiones sobre nuestro cuerpo, que lo ayuden a estar sano y sentirse bien.

Así que en estos próximos escritos van a conocer cosas que yo fui descubriendo respecto a mi cuerpo y mi salud.

Al principio comencé a hacer todo tipo de dietas, pero ninguna me funcionaba. Lo peor es que me frustraba porque yo quería ver los cambios inmediatamente. Obviamente eso no sucedía. Fue entonces cuando comencé a analizar cómo fue que había subido tanto de peso sin darme cuenta y ahí recordé que el año pasado mi peso estaba bien, normal, es decir que aumentar de peso me llevo prácticamente todo un año. Por lo tanto entendí que si subir de peso me había llevado tiempo, también me llevaría tiempo bajarlo.

Creo que ese punto fue importante entenderlo,  porque así podría mantener una dieta constante,  que me ayudara a bajar de peso y sentirme mejor. El problema era encontrar alguna dieta que no me haga pasar hambre, que me nutriera y que a la vez no me dejara con antojos que después se convertirán en un atraco de comida.

Comencé a tomar esta responsabilidad para cuidar mejor mi cuerpo. Porque creo que en definitiva esa es la raíz de todo. Tratarnos bien. Pero eso lo leeran en el próximo relato.

julio 31, 2020

Relatos de una ex flaca.

Relato 1.

¿ Les pasó alguna vez de ver una foto vieja y pensar "¡ Qué flaca que estaba ! " ? De repente te vez en el espejo y notas rollos que antes no estaban, la cara más rellenita, los brazos más anchos, la cintura que desaparece, y te preguntas qué fue lo que pasó. A mí me pasó.
De chica siempre fui muy flaca, "piernas de tero" me decía mi hermana. Recién en mi adolescencia comencé a "subir un poco de peso " aunque lo que pasaba realmente era que mis curvas de mujer comenzaban a aparecer. Seguía siendo flaca pero con una forma diferente. Esto no significaba que fuera malo, simplemente estaba cambiando, ya no era la chica de las piernas de tero.

Todo lo relacionado con nuestra estética y principalmente nuestro peso siempre genera mucha presión. Hoy en día miro hacia atrás y me doy cuenta que yo realmente estaba flaca, miro fotos y me duele saber que aunque me veía delgada, a veces demasiado, yo me sentía gorda.

Ahora mismo sí estoy gorda, más de lo normal, está vez sí. Lo noté principalmente hace unas semanas atrás al salir de la ducha. Quise secarme y me agite al hacerlo. Y no es cuestión de la edad. Aunque suene gracioso me preocupé y después me molesté porque no pude valorar y apreciar a esa chica que años a tras estaba flaca pero creía que no. Podría echarle la culta a la sociedad y los estereotipos que lograban que no me sintiera satisfecha con mi cuerpo. Echarle la  culpa a alguien más siempre es más fácil, pero la realidad es que yo soy la única responsable de cómo me veo y siento. Y si hoy en día estoy gorda no tiene que ver con algo externo sino con todo lo que yo hice o no. El comer bien o mal es responsabilidad mía, el hacer ejercicio o no es responsabilidad mía, el dormir bien o no es responsabilidad mía, lo que consumo en las redes es responsabilidad mía. Así que lejos de sentirme mal decidí escribir. Por supuesto que me gustaría verme diferente, o como estaba antes, pero en vez de no comer, como lo he hecho en alguna ocasión, preferí escribir. Y no solamente por y para mí sino para ustedes, para todos aquellos que lean y se sientan en la misma posición que yo, o que en algún momento les haya pasado.

Este es el primer escrito de una serie de relatos que compartiré con ustedes. Espero poder expresar con claridad cada sensación, cada decisión que vaya a tomar, cada reflexión. Y que puedan ver que me abro ante ustedes natural, real y sincera. ¿Me acompañan?


julio 06, 2020

Angustia


Hoy me desperté angustiada. Tuve un sueño. En mi sueño estaba mi hermano menor y un personaje de una serie que me gusta mucho. Es la segunda vez que sueño con este personaje. De hecho es la segunda vez que sueño dentro de la misma semana, eso me parece raro. En el sueño él y yo éramos amigos que se estaban por convertir en algo más, esto el sueño no lo decía pero se percibía. Es esa sensación que a veces se producen en los sueños, en donde la persona que está soñando sabe lo que sucede aunque sean cosas que salgan de la normalidad. Esta situación se salía completamente de mi normalidad, primero porque estoy de novia y segundo porque él es un personaje de ficción.


Estábamos en una habitación,en un lugar que no reconocí, mi hermano ya estaba ahí y este personaje y yo recién llegábamos. Todo iba muy bien y parecía un buen sueño. Pero en un momento dije algo, algo que me arrepentí de decir. Digo que me arrepentí porque eso que dije transformó por completo el lindo momento que pasábamos a un momento incómodo y triste en donde este personaje estaba enojado conmigo y yo me sentía mal y culpable. Parecía una discusión, como si yo hubiera dicho algo que le daba a él la certeza de que yo era de cierta manera y no iba a cambiar. Lo feo de eso es que esa imagen no era linda. Yo trataba de arreglarlo y de hablar con él, muy arrepentida por lo que había dicho, pero él se había puesto a jugar a la play con mi hermano mientras contestaba todo lo que yo intentaba aclarar en la “discusión”. Este personaje decía que yo era una mala persona.

Esto siguió así un rato. 


 En un momento mi hermano y yo salimos de la habitación y yo le rogaba a mi hermano que le hablara bien de mi, que lo convenciera de que yo era buena. Mi hermano no decía nada. En ese momento recordé que yo estaba peleada con mi hermano y me puse a pensar “ yo no puedo convencerlo para que este bien conmigo, no lo puedo obligar si él no quiere” . Fue en ese momento cuando entonces me di por vencida. Volví a la habitación y busqué mis cosas para irme. Por dentro pensaba que quizá si él me veía hacer eso iba a ceder y se iban a arreglar las cosas. Pero no lo hizo, me miró y yo desperté en ese momento.


 Me acuerdo esa última mirada y pude leer lo que me estaba diciendo. No quería estar enojado conmigo, y lamentaba que las cosas fueran así. Pero le molestaba principalmente haber confirmado que yo era de “cierta” manera. Es como cuando queres mucho a alguien pero te das cuenta que hay cosas que no te aportan nada saludable y te da bronca que sea así porque tenes que dejar ir a la persona.

 Me desperté muy triste y enseguida empecé a recordar lo que había soñado y lo uní a distintas cosas. Por un lado, reconocí ese sentimiento de culpa y de arrepentirme de lo que había dicho o hecho. Ese Sentimiento lo experimenté mucho en mi primer año de novia con el chico con el que estoy actualmente. También pensé en aquellas cosas que últimamente estoy haciendo que quizá hacen que me sienta una “mala persona”. 
A la vez estaba confundida en los personajes que aparecían en mi sueño. No entendía porque ellos, ni porque me afectaba tanto la opinión o la situación de esa persona. Todavía creo que no lo entiendo muy bien. 

 Los lunes a la mañana tengo clases de zoom con mis alumnos, así que no tuve tiempo para reflexionar mucho y ponerme mal. Simplemente hice una oración y me levanté para prepararme. Creí que ya estaba mejor pero tuve todos los inconvenientes técnicos para conectarme, no se escuchaba el audio, no se veía la imagen. Y para colmo de todo le grité a mi novio. Eso me hizo sentir mucho peor. Él me quiso ayudar y yo reaccioné de la peor manera.
Obviamente cambie mi chip y di la clase con mucho amor y alegría, salió todo muy bien. Pero apenas termine me invadió esa tristeza nuevamente.

 Fue por eso que me puse a escribir, y mientras, hubieron varias interpretaciones que pude darle a este sueño para intentar descifrar por qué me siento de esta manera. 
La primera tiene que ver con esto que yo decía. Me acuerdo muy bien muchos momentos en los que decir lo que yo pensaba me ocasionó problemas, principalmente estando de novia. Y no en todos los casos tenía que ver con algo que yo haya dicho o hecho que estuviera mal. Pienso en cómo me sentía, saber que lo que podía decir tenía que ver con parte de mi personalidad. De una personalidad no aceptada, no tanto por los demás sino principalmente por mí. Creo que esa es una de las cosas que más me sensibiliza. La aceptación a mi misma con errores y todo no es fácil, a veces me avergüenza y no me gusta. La culpa en esos momentos me invade rápidamente. 

 Lo otro que pensé fue en esto de la relación con mi hermano. Hay algo ahí que está sin resolver, y no porque yo no quiera, pero es difícil y complicado. Aún así el no estar en “paz” con esa persona o situación puede generar mucha sensibilidad.

 Cuando comencé a escribir,lloré, literal. No entendía por qué. Simplemente fue un sueño. Pero yo le presto mucha atención a los sueños, siempre trato de revisar si significan algo o no. Y este me pareció uno de esos que significan algo. 
Puede que haya querido significar muchas cosas, es algo que tendré que seguir reflexionando. Pero de las conclusiones que saqué hasta ahora me quedo con la primera, esto de la voz y de las cosas que digo, y las que no digo también. Y también qué pasa con esas cosas que oculto y las que me animo a decir pero que no termino aceptando. Incluso las que oculto, las oculto de mí misma.
Creo que hay algo referido a la aceptación que tengo que trabajar. De hecho ya lo estuve haciendo pero por alguna razón volvió a surgir ahora. No es malo. Doloroso, seguramente. Pero es importante y positivo reflexionar sobre nosotros mismos e intentar ser la mejor versión que podamos.