diciembre 02, 2020

Amor

 A veces me cuesta mucho recibir amor. No entiendo bien el porqué, pero me pasa. Suelo ponerme tensa, mi cara pasa a un estado de seriedad total. Hago como si no me importara. Escondo en lo más profundo de mi piel cada sentimiento. Continúo como si nada.


  Mucho tiempo no dura, casi al instante comienzo a sentir un fuego interno. Una explosión en mi garganta. Una angustia que quiere estallar en llanto.


  No la dejo salir, y no la dejo, y no la dejo. Hasta que sale.


  Sale sin poder contenerse más. Estalla. Me la paso un buen rato llorando y es aliviador. En ese momento estoy esperando recibir el abrazo que momentos antes me dí el lujo de rechazar.


  Por un lado quiero recibir amor, cada gota. Pero parte de mi lo rechaza constantemente. Aún no sé el porqué. 


  A veces me siento vulnerable. A veces creo que reprimo cada sentimiento para no mostrar todo el dolor que llevo dentro. Porque hay heridas que siguen cicatrizando. Me gustaría que ya no estén ahí.


  Quizá estoy haciendo mal. Quizá deba mostrar cada una de ellas, sin miedo, las veces que sea necesario, y exponerlas al amor. Quizá así sane más rápido.


2 comentarios: